En esta época estaba en Hokkaido Sokaku Takeda, un maestro de la Daito-ryu de Jujutsu. Se puede decir que la mayor influencia técnica para el desarrollo del Aikido fue el Daito-ryu jujutsu.
Este arte, que se dice que es continuación de la tradición marcial del Clan Aizu, tiene cientos de años, y fue propagada en muchas áreas de Japón durante la época Meiji, Taisho, y más recientemente en los periodos Showa, por el famoso artista marcial, Sokaku Takeda.
Conocido tanto por su habilidad marcial como por su dureza de carácter, Takeda había usado su habilidad en más de una ocasión en torneos a vida o muerte.
La teoría del Daito Ryu jujutsu es profunda y sus técnicas muy numerosas.
Takeda tenía 44 años cuando se reunió por primera vez con Morihei Ueshiba, que tenía 32 años, en el Hotel de Hisada en Engaru (Hokkaido), en Febrero de 1915, el cual le dijo: “Tienes un potencial y una habilidad excepcionales; por tanto te enseñaré”.
Este encuentro marcó el principio de una larga y provechosa asociación entre los dos, que duró más de 20 años.
Los estudios de Daito Ryu del Fundador comenzaron, pues, en 1915, y en 1916 ya había obtenido el preciado certificado que avalaba su dominio de Daito Ryu. A lo largo de este periodo no llegó a los cien días de estudio personal con Takeda, entrenando y estudiando el resto del tiempo por su cuenta.
Los documentos del Daito-ryu demuestran que Ueshiba participó en varios seminarios impartidos por Takeda en 1916.
Ueshiba también invitó a Takeda a su casa, donde recibía clases intensivas, en privado, sobre técnicas altamente refinadas de Daito-ryu.
Desafortunadamente, los detalles de este estudio son desconocidos. Ueshiba abandonó Hokkaido en diciembre de 1919, después de recibir un telegrama en el que se le notificaba la situación crítica de la enfermedad de su padre.
Encargó el cuidado de su casa, una modesta estructura de madera, a Takeda y volvió a su ciudad natal de Tanabe.
Durante el viaje hizo una parada inesperada en Ayabe, el centro de la religión Omoto, para rezar por la vida de su padre. Desde niño siempre se había inclinado de forma natural hacia el estudio del pensamiento espiritual, siendo profundamente comprendido por sus padres en este sentido.
Cuando tenía siete años estudió con el sacerdote Mitsujo Fujimoto, el Templo JIzoji de la Secta Budista Shingon, y con diez años estudió Budismo Zen en el Templo Homanji, en Akitsu.
A medida que fue creciendo, su búsqueda del alimento espiritual aumentó, visitando templos siempre que podía para pedir orientación.
Si bien el primer motivo para visitar a Deguchi fue el deseo de que su padre se curara, sin embargo, al oír hablar al sacerdote, su profunda visión espiritual le causó una gran impresión.
Cuando llegó a su casa, su padre había muerto. Afrontando la muerte de la persona más querida en el mundo, el Fundador juró ante su tumba salir de su estancamiento mental, evolucionar e intentar desentrañar el secreto del budo.
A partir de aquí su vida cambió enormemente. A veces se subía a lo alto de una roca y rezaba piadosamente, o se arrodillaba en algún lugar en la cima de una montaña recitando continuamente oraciones Shinto.
Sus antiguos amigos del pueblo estaban extrañados de este cambio y les preocupaba su salud mental. Ueshiba decidió trasladarse con su familia (en aquel momento eran su mujer, su madre, y sus dos hijos) a Ayabe, instalándose en 1920; buscaba una luz que alumbrara su corazón.
Una casa al pie de la montaña donde estaba situado el templo principal se convirtió en su hogar. Por recomendación de Deguchi, Ueshiba abrió su primer dojo en su casa, conocido como el Ueshiba Juku Dojo, donde enseñaba Daito-ryu a estudiantes, muchos de los cuales eran miembros de la religión Omoto.
Dos años después, en abril, Sokaku Takeda apareció en Ayabe con su mujer, su hermana, y su hijo de seis años, Tokimune, el más tarde maestro principal de Daito-ryu.
La cuestión sobre si Takeda se invitó a sí mismo, o fue invitado por Ueshiba a Ayabe es, de momento, irresoluble y las versiones oficiales del Daito-ryu, y las fuentes fidedignas de Aikido difieren considerablemente. Lo que sí se sabe es que Takeda estuvo durante 5 meses enseñando a miembros del Ueshiba Juku Dojo, y que, al final de ese periodo, Ueshiba fue premiado con el certificado kyoju dairi, que acredita su status oficial como instructor de Daito-ryu.
Takeda y Deguchi no se llevaban muy bien. Aunque en ningún evento se demuestra que la relación entre Sokaku y su más famoso estudiante, Morihei Ueshiba, fueran tensas durante el periodo Ayabe.
Después Takeda se marchó en septiembre de 1922; los dos se veían de vez en cuando, aunque Takeda visitó a Ueshiba varias veces en su último dojo en Tokyo. A Ueshiba se le reconoció como un buen maestro jiu-jitsu en Tokyo, mientras Takeda continuó viajando por todo Japón, dando seminarios principalmente a jueces, oficiales de policía, oficiales del ejército, etc.
Aunque Ueshiba y Takeda mantenían un pequeño contacto por correspondencia.
De nuevo, Ueshiba fue premiado, ahora acreditado como maestro de Daito-ryu. Además de Ueshiba, recibieron dicho diploma Kenji Tomiki, Minoru Mochizuki, Rinjiro Shirata, y Gozo Shioda. En la moderna psicología, la relación entre Morihei Ueshiba y Sokaku Takeda podría ser calificada como de “amor-odio”.
Es difícil enumerar hechos históricos que lo demuestren, al igual que hay pocos que demuestren lo contrario; incluso hoy en día sigue la discusión entre sucesores de Ueshiba y de Takeda sobre este tema. Esta claro que Ueshiba tenía un profundo respeto por la habilidad técnica de Takeda, y por otro lado Takeda consideraba al fundador del Aikido como uno de sus más prometedores estudiantes.
Es posible que el problema entre los dos fuera la exigente personalidad de Sokaku, la actitud independiente y la orientación espiritual de Ueshiba, sumado a los imprecisos acuerdos financieros respecto a la obligación de Morihei como instructor de Daito-ryu.
El diploma de Daito-ryu eimeiroku data del 15 de septiembre de 1922, en el cual Ueshiba era premiado con su certificado kyoju dairi, y claramente queda obligado a pagar tres yens a Sokaku, por cada estudiante que inscriba en su dojo. Después cada uno acusó al otro por un abuso en asuntos económicos, e incluso Takeda informaba en sus últimos seminarios revelando la naturaleza irresoluble del desacuerdo entre ellos.
En conclusión, quisiera mencionar algunos aspectos positivos de la relación entre estos dos grandes maestros del Budo.
Primero, la deuda técnica de Aikido al Daito-ryu es inmensa; es difícil encontrar un movimiento en Aikido que no sea original del estilo de jiu-jitsu de Takeda.
Por otro lado, la supervivencia y futuro del Daito-ryu, como un arte marcial tradicional japonés, ha sido garantizado por la tremenda difusión internacional del Aikido. De hecho, a menudo se escucha a los practicantes de Daito-ryu referirse a su arte como Aikido!.
En ningún evento las dos artes marciales están totalmente vinculadas y permanecerán, a pesar de los malentendidos, tendencias y reproches que han sido perpetuados hasta hoy.